martes, 28 de mayo de 2013

PERINZIA. LAS CIUDADES Y EL CIELO. 4


Llamados a dictar las normas para la fundación de Perinzia, los astrónomos
establecieron el lugar y el día según la posición de las estrellas, trazaron las líneas
cruzadas de las calles principales orientadas una como el curso del sol y la otra como
el eje en torno al cual giran los cielos, dividieron el mapa según las doce casas del
zodíaco de manera que cada templo y cada barrio recibiese el justo influjo de las
constelaciones oportunas, fijaron el punto de los muros donde se abrirían las puertas
previendo que cada una encuadrase un eclipse de luna en los próximos mil años.
Perinzia —aseguraron— reflejaría la armonía del firmamento; la razón de la
naturaleza y la gracia de los dioses daría forma a los destinos de los habitantes.
Siguiendo con exactitud los cálculos de los astrónomos, fue edificada Perinzia;
gentes diversas vinieron a poblarla; la primera generación de los nacidos en Perinzia
empezó a crecer entre sus muros, y aquellos a su vez llegaron a la edad de casarse y
tener hijos.
En las calles y plazas de Perinzia hoy encuentras lisiados, enanos, jorobados,
obesos, mujeres barbudas. Pero lo peor no se ve; gritos guturales suben desde los
s6tanos y los graneros, donde las familias esconden a los hijos de tres cabezas o seis
piernas.
Los astrónomos de Perinzia se encuentran frente a una difícil opción: o admitir
que todos sus cálculos están equivocados y sus cifras no consiguen describir el cielo,
o revelar que el orden de los dioses es exactamente el que se refleja en la ciudad de
los monstruos.

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